lunes, 14 de marzo de 2011

En el mundo a cada rato - Binta y la gran idea.







Minipelícula de media hora de duración que con un tono humarístico logra reflejar de manera verosímil la situación de la mujer en África y su difícil acceso a la educación.
 Por suerte en los países occidentales hemos superado las desigualdades entre ambos sexos, logrando un acceso al mundo laboral equitativo para ambos.
 Pero como hemos podido ver en estos países subdesarrollado aún queda mucho trabajo por hacer.
La mujer se encuentra a años luz el hombre tanto en derecho como en expectativas de futuro, estas sociedades patriarcales relegan al sexp femenino al trabajo doméstico y el cuidado de los niños.
El deficit en esta faceta social no significa, como bien sabe el protagonista, que no podamos aprender nada de su cultura.
Ellos trabajan la tierra con sus manos, colaboran unos con otros porque saben que de ello depende su supervivencia. Aún no han incorporado la cultura del consumismo desmesurado, al igual que tampoc han perdido los valores tradicionales de familias.
El planteamiento de la película cambia las convenciones aceptadas, es un africano el que quiere adoptar un europeo, y no un europeo el que adopta un africano.
Estoy convencido de que tendríamos muchas cosas que aprender de ellos, igual que ellos de nosotros.

Comentarios a algunos vídeos sobre biotecnología vistos en clase.

En este momento en clase estamos tratando el tema de la biotecnología y las aplicaciones que esta tendrá en un futuro inmediato.
Apartandonos un poco sobre las controversias éticas relacionadas con las posibilidades que esta disciplina nos oofrece, podemos observar como dentro de menos de 2 décadas se podrán desarrolar tratamiento que supongan la cura para enfermedades tan traúmáticas hoy en día como son el alzheimer, la cirrosis...
En cuanto a los transplantes de tejidos, pronto eliminaremos el rechazo,ya que no será necesario recurrir a tejidos y órganos ajenos,sino que podrás clonar los tuyos propios.
Si es verdad que ante este nuevo abanico de posiblidades no debemos olvidar nuestros deberes éticos mencionados más arriba.
El progreso de nuestras sociedades no puede avanzar, sin preguntarse si ese avance es adecuado. Si por el hecho de avanzar no estamos olvidando algo que está por encima de ese progreso la dignidad y los derechos universales del hombre.
Cada vez que utilizamos la reproducción asistida, o nos disponemos a clonar un tejido o a consumir elementos transgénicos debemos reflexionar sobre si los medios que utilizamos justifican los fines que perseguimos.