Minipelícula de media hora de duración que con un tono humarístico logra reflejar de manera verosímil la situación de la mujer en África y su difícil acceso a la educación.
Por suerte en los países occidentales hemos superado las desigualdades entre ambos sexos, logrando un acceso al mundo laboral equitativo para ambos.
Pero como hemos podido ver en estos países subdesarrollado aún queda mucho trabajo por hacer.
La mujer se encuentra a años luz el hombre tanto en derecho como en expectativas de futuro, estas sociedades patriarcales relegan al sexp femenino al trabajo doméstico y el cuidado de los niños.
El deficit en esta faceta social no significa, como bien sabe el protagonista, que no podamos aprender nada de su cultura.
Ellos trabajan la tierra con sus manos, colaboran unos con otros porque saben que de ello depende su supervivencia. Aún no han incorporado la cultura del consumismo desmesurado, al igual que tampoc han perdido los valores tradicionales de familias.
El planteamiento de la película cambia las convenciones aceptadas, es un africano el que quiere adoptar un europeo, y no un europeo el que adopta un africano.
Estoy convencido de que tendríamos muchas cosas que aprender de ellos, igual que ellos de nosotros.