domingo, 22 de mayo de 2011

El amor ¿mera química?

Dicen los que saben de esto que el amor tan sólo es una situación fisiológica caracterizada por una sensación de bienestar y satisfacción y una dedicación obsesiva por aquella persona de la que estamos enamorados.
Los numerosos investigadores que han tratado el tema coinciden en que la primera atracción vendría motivada por las feromonas, captadas por el órgano vomeronasal.
El amor como cualquier emoción tiene su base en el sistema límbico de nuestro cerebro, aunque es centralizado e interpretado por la corteza cerebral.
El hipotálamo, dónde también residen los impulsos sexuales, libera feniletalonamina, que es un neurotransmisor cuyos efectos son semejantes a los de las anfetaminas; es decir placer, euforia, enajenación mental ...

El sistema nervioso simpático se pone en marcha, nuestro cuerpo se prepara para una situación de estrés, el pulso cardíaco se acelera, nos sonrojamos... estos son los primeros síntomas de atracción física que suponen la liberación de hormonas como  la noradrenalina y adrenalina.

Posteriormente la síntesis de dopamina se incrementa en un 50%, se lleva a cabo una gran intensidad nerviosa activándose los centros cerebrales relacionados con el aprendizaje. De ahí la elevada capacidad del enamorado de recordar una gran cantidad de detalles sobre la otra persona.
Si bien, existen notable diferencias entre hombres y mujeres. En los primeros las zonas estimuladas se corresponden más con áreas visuales y de excitación sexual mientras que en las mujeres estas zonas están relacionadas con las emociones y los sentimientos.


Los cambios de humor relacionados con las primeras etapas del enamoramiento son explicados por la inestabilidad en los niveles de serotonina que se dan en nuestro cuerpo.
Esta situación dura entre 18 meses y 4 años, a partir de este tiempo nuestro organismo se hace tolerante a estos estímulos.
En este momento comienza la síntesis de dos nuevas sustancias la vasopresina y la oxitocina.
Con esto no se quiere decir que las relaciones largar sean imposibles, sino que son explicadas por un segundo mecanismo: la liberación de endorfinas que dan la sensación de comodidad, serenidad y seguridad.
Aunque los románticos pueden decir lo mismo que  diría Lope:

Desmayarse, atreverse, estar furioso, 
áspero, tierno, liberal, esquivo, 
alentado, moral, difunto, vivo, 
leal, traidor, cobarde, animoso, 

No hallar, fuera del bien, centro y reposo; 
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, 
enojado, valiente, fugitivo, 
satesfecho, ofendido, receloso, 

Huir el rostro al claro desengaño, 
beber veneno por licor suave, 
olvidar el provecho, amar el daño; 

Creer que un cielo en un infierno cabe, 
dar a la vida y el alma un desengaño; 
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

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